Quédate conmigo, Señor,
porque es necesario tenerte
para no olvidarte.
Tu sabes con cuanta facilidad te abandono.
Quédate conmigo, Señor,
porque soy débil
y tengo necesidad de tu fortaleza
para no caer tantas veces.
Quédate conmigo, Señor,
porque tu eres mi luz
y sin ti quedo en las tinieblas.
Quédate conmigo, Señor,
porque tu eres mi vida
y sin ti disminuye mi fervor.
Quédate conmigo, Señor,
para mostrarme tu voluntad.
Quédate Señor, conmigo,
para que oiga tu voz y la siga.
Quédate, Señor conmigo,
porque deseo amarte mucho
y estar en tu compañía.
Quédate conmigo, Señor,
si quieres que te sea fiel.
Quédate conmigo, Señor,
porque aunque mi alma sea tan pobre,
desea ser par ti un lugar de descanso,
un nido de amor.
Quédate, Jesús conmigo!
No te pido tu Divina consolación,
porque no la merezco,
pero el don de tu santísima presencia
Oh si, te lo pido!.
Quédate, Señor conmigo!,
a ti solo busco: tu amor,
tu gracia, tu voluntad,
tu corazón, tu espíritu,
porque te amo
y no quiero otra recompensa que amar.
Quiero un amor ferviente y profundo.
Quiero amarte con todo mi corazón,
hache en la tierra
para seguir amándote con perfección
por toda la eternidad.
Así sea.
PADRE PIO