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martes, 29 de noviembre de 2011

LA HISTORIA DE UN MATRIMONIO

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LA HISTORIA DE UN MATRIMONIO
Cuando llegue a casa esa noche mientras mi esposa servía la cena, la tome
de la mano y le dije: tengo algo que decirte. Solo se sentó a comer en
silencio. Yo podía observar el dolor en sus ojos.
De pronto  ya no sabía como abrir mi boca. Pero tenía que decirle lo que
pensaba. Quiero el divorcio......le dije lo más suave que pude.

Mis palabras parecieron no molestarle. Al contrario, muy tranquilamente me
pregunto, ¿por qué?

Evite su pregunta con mi silencio, esto le hizo enfurecer. Tiro los
utensilios y me grito, ¡ no pareces hombre ! Esa noche, ya no hablamos más.
Ella lloraba en silencio. Yo sabía que quería saber que le había pasado a
nuestro matrimonio. Pero yo no hubiera podido darle una respuesta
satisfactoria. Mi corazón ahora le pertenecía a Eloísa. Ya no la amaba,
solo me daba lástima.

Con un gran sentido de culpa, redacte un acuerdo de divorcio en el que le
daba nuestra casa, nuestro auto y un 30% de las acciones de mi empresa

Después de leerlo ella lo rompió en pedazos. La mujer que había estado diez
años de su vida conmigo ahora era una extraña. Me sentí mal por todo ese
tiempo y energía que desperdicio conmigo. Todo eso que yo nunca le podría
reponer. Pero ahora ya no había marcha atrás, yo amaba a Eloísa.

Por fin mi esposa soltó el llanto frente a mí, eso era lo que yo esperaba
desde el principio. Verla llorar me tranquilizaba un poco, ya que la idea
del divorcio que me preocupaba tanto ahora era más clara que nunca.

El siguiente día, llegue a casa muy tarde y ella estaba en la mesa
escribiendo algo. Yo no había cenado, había pasado un día muy intenso con
Eloísa y tenía más sueño que hambre y mejor me retire a dormir.

Desperté en la madrugada, ella todavía estaba escribiendo. La verdad no me
importo y solo me acomode de nuevo en cama y seguí durmiendo.

En la mañana me presento sus condiciones para aceptar divorciarse: No
quería nada de mí, pero necesitaba un mes antes de firmar el divorcio, me
pidió que en ese mes tratáramos de vivir una vida lo más normal posible.

Sus razones eran simples: nuestro hijo tenía unos exámenes muy importantes
en este mes y no lo quería mortificar con la noticia del matrimonio
frustrado de sus padres.

Esto era algo en lo que yo también estaba de acuerdo. Pero había más, me
pidió que me acordara como la cargue el día de nuestra boda.

Quería que cada día de este mes, la cargara de nuestro cuarto hasta la
puerta de la casa....... pensé que se estaba volviendo loca. Pero decidí
aceptar este raro requisito con tal de que este mes pasara sin más peleas o
malos momentos.

Le platique a Eloísa de las condiciones que puso mi esposa......se rio
bastante y pensó que era muy absurdo. Dijo en tono burlón: no importa los
trucos que se invente, tiene que aceptar la realidad que se van a
divorciar.

Desde que le exprese mis intenciones de divorcio mi esposa y yo no teníamos
ningún contacto íntimo. El primer día que la cargue se me hizo un poco
difícil. Nuestro hijo nos vio y aplaudió de felicidad al vernos y dijo,
papa me da gusto que quieras mucho a mi mama. Sus palabras me causaron un
poco de dolor. Desde nuestra habitación hasta la puerta de enfrente camine
como diez metros con ella en mis brazos. Ella cerró sus ojos y me dijo al
oído que no le dijera al niño del divorcio. Me sentí muy incomodo, la baje
y ella camino a tomar el autobús para ir a trabajar. Yo maneje solo a mi
trabajo.

El segundo día fue un poco más fácil. Ella se recargo ligeramente en mi
pecho. Podía oler la fragancia de su blusa. Me di cuenta que desde hace
tiempo no le había puesto mucha atención a esta mujer. Me di cuenta que ya
no era tan joven, había un poco de arrugas en su cara, su pelo ya mostraba
canas. Ese era el precio de nuestro matrimonio. Por un minuto me pregunte
que si yo era el responsable de esto.

A el cuarto día, cuando la cargue. Sentí que regresaba un poco de
intimidad. Esta era la mujer que me había dado diez años de su vida.

El quinto y sexto día, me di cuenta que el sentimiento crecía otra vez. No
le platique nada de esto a Eloísa. Conforme los días pasaban se me hacia
mas fácil cargarla. Quizás el ejercicio de hacerlo me estaba haciendo más
fuerte.

Una mañana la vi que estaba buscando un vestido para ponerse, pero no
encontraba nada que le quedaba. Solo suspiro y dijo, todos mis vestidos me
quedan grandes. Es ahí donde me di cuenta que por eso se me hacía muy fácil
cargarla. Estaba perdiendo mucho peso, estaba muy pero muy delgada.

De repente entendí la razón......estaba sumergida en tanto dolor y amargura
en su corazón. Inconscientemente le toque la frente.

Nuestro hijo entro en ese momento y dijo, Papá es tiempo que cargues a
mamá. El ver a su papá cargar a su mamá todos los días se le había hecho
costumbre. Mi esposa le dio un fuerte abrazo. Yo mejor mire hacia otro lado
por temor a que esta conmovedora imagen me hiciera cambiar de planes.
Entonces la cargue, y empecé a caminar hacia la puerta, su mano acaricio mi
cuello, y yo la apreté fuerte con mis brazos, justo como el día que nos
casamos.
Pero su estado físico me causo tristeza. Ese día, cuando la cargue sentí
que no me podía ni mover. Nuestro hijo ya se había ido a la escuela. La
abrasé fuerte y le dije, nunca me di cuenta que a nuestra vida le hacía
falta algo así.

Me fui a trabajar.....salte fuera de mi auto sin poner llave a la puerta.
Temía que cualquier momento podría cambiar de opinión.....subí las
escaleras, Eloísa abrió la puerta y le dije, Lo siento mucho pero ya no me
voy a divorciar.

No podía creer lo que le estaba diciendo, hasta me toco la frente y me
pregunto si tenía fiebre. Quite su mano de mi frente y le dije de nuevo. Lo
siento Eloísa, ya no me voy a divorciar.pense que te amaba,y no es asi.

Mi matrimonio se habia  vuelto muy aburrido porque ni ella ni yo supimos
apreciar los pequeños detalles de nuestras vidas. No porque ya no nos amaramos. 
Ahora me doy cuenta que cuando nos
casamos y la cargue por primera vez esa responsabilidad es mía hasta que la
muerte nos separe.

Eloísa en este momento salió del shock y me dio una fuerte bofetada, y
llorando cerro su puerta. Corriendo baje las escaleras y me fui de ahí aliviado.



Pare en una florería, ordene un bonito ramo para mi esposa. La chica me
pregunto que le ponía a la tarjeta. Sonreí y escribí, " siempre te llevare
en mis brazos hasta que la muerte nos separe"

Esa noche cuando llegue a casa, con las flores en mis manos y una sonrisa
en mi cara, y la vi delgada con sus arrugas y las canas que asomaban, seguro que no queria perderla,que el amor no habia muerto, la rutina lo habia dormido.le di gracias a mi Dios

por la oportunidad de recobrar nuestro matrimonio.
 
Han pasado muchos años nuestro hijo se va a casar y escribo esto para el, para que
no vaya a cometer el error que su padre estuvo por hacer.


Los pequeños detalles es lo que de verdad importa en una relación . No las
parrandas con los amigos, no la mansión, el carro, propiedades o dinero en
el banco. Estos crean un falso sentido de felicidad que no lo es todo .

Mejor encuentra tiempo para ser el amigo de tu esposo o esposa, y tómense
todo el tiempo necesario con esos pequeños detalles que hacen la diferencia. Que tengan un feliz matrimonio.


Si no compartes este mensaje nada te pasara
Pero si decides compartirlo, quizás salves un matrimonio

Muchos de los fracasos en la vida le sucede a gente que no se da cuenta lo cerca que estaban del éxito cuando se dieron por vencidos .

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